domingo, 5 de julio de 2009

Los espacios materiales en los "pilares de la tierra"

LOS ESPACIOS PÚBLICOS EN LAS CIUDADES: LUGAR DE ABASTECIMIENTOS. EL MERCADO

LO REAL

El abastecimiento de las ciudades se produce en el mercado. En él se pueden encontrar las tablas de las carnicerías generalmente bien abastecidas de todo tipo de carne, las de las pescaderías, panaderías, etc. Se celebraba semanalmente y era un lugar de encuentros, de intercambios, un espacio donde la gente vendía y adquiría los productos que necesitaba y que no podía encontrar en las tiendas permanentes. Al mercado asistían todos aquéllos que vivían dentro de la ciudad pero también los que venían de fuera, que pagaban el portazgo, algo que Aliena descubre con desagrado la primera vez que accede al mercado con su mercancía. El portazgo también se pagaba a la salida si llevaban productos a sus lugares de origen.
Por las puertas de la ciudad entran al mercado productos como carbón, madera, fruta, cera, lana, lino, etc.
Los mercados, son lugares coloridos y muy ruidosos, poblados también por titiriteros, juglares obscenos y prostitutas y donde sorprende ante todo, la falta de espacio para caminar.

LO RECREADO

EL MERCADO DE WINCHESTER

En un momento de la novela, el hermano Philip en su camino hacia la parte noble de la ciudad, desemboca en un barrio dedicado al trabajo de la piel y de la lana y a continuación en el mercado de la ciudad. Philip, el hombre del priorato que busca el silencio y la paz, se sorprende ante la cantidad de carne que ve y la suciedad del lugar. La descripción es tan intensa que al igual que el monje, sentimos una sensación de mareo al recorrer las calles sanguinolentas, las ratas entre los pies de quienes están en el mercado, las moscas, etc. El ambiente que se describe es muy desagradable, transmite suciedad, caos y peligro.Una prostituta sale al encuentro del monje:
“[…] por un penique puedes hacer lo que quieras”.

Bajo su capa le muestra el cuerpo desnudo. El descontrol, confusión y temor de Dios en el hermano es absoluto. Se produce un fuerte contraste entre este ambiente y el de su monasterio que queda muy bien plasmado cuando huyendo (del demonio) llega a su espacio, a la iglesia, “entonces sintió una brisa fresca: la ordenada calma del entorno de la iglesia”.

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