No, no se rechaza el contacto de
los cuerpos pero la voluptuosidad va más
allá, llena el pensamiento y no sólo, no deja descansar, sino que cuestiona su
propia vida al que la padece. Cuando Abelardo siente la atracción hacia Eloisa,
hacia la mujer, se sorprende porque aprecia como su forma de vida , la continencia que hasta ese
momento lo acomodaba ya no le satisface. Nota
que esa continencia que a manera de bridas tiraba de él hacia una vida casta
afloja su "tiranía" y lo que es más preocupante para él, hombre que
empieza a sentir ante la mujer, es
percibir la fiebre "de la lujuria,
que le hace olvidar o relativizar sus estudios y "sabidurías"
(374).
Sensaciones
que ni separados ceden, sino que permanecen ,no sabría decir si en el recuerdo
o en el cuerpo, o en todo momento y en todos los lugares. Porque ¿ qué significado podría dársele a lo
expresado por Eloisa...Hasta en la
solemnidad de la misa en la que la oración debe ser tan pura,estas licenciosas
imágenes de voluptuosidad se adueñan de mi de tal forma, que me ocupa más su
impureza que la oración". Es muy posible que los recuerdos asalten y
se acrecienten en los breves momentos en que las personas están a solas,
consigo mismas.
no existen mayores afrodisíacos que la pasión del alma, la contención del cuerpo y el calor del recuerdo :)
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