La noble moderación ennoblece a la
persona y la honra. Nada hay bajo el sol más encantador que una mujer que se
somete a sí misma y su vida a la medida adecuada que se respeta a sí misma
convenientemente. Mientras continúe respetándose a sí misma, se dará por
añadidura el que todo el mundo la respete.
Una mujer que actúe en contra suya, que
tiene como su objetivo el odiarse a sí misma, ¿quien puede amarla a pesar de todo?
Quien se opone a sí misma y lo muestra ante todo el mundo, ¿qué amor y qué
honor puede esperar que le den? Uno satisface su deseo nada más aparecer éste,
y quiere luego darle a este movimiento
sin sentido el nombre más distinguido. Pero no, eso no es amor. Gottfried von
Strasssburg. Tristan e Isolda
bueno, esta vez no estoy del todo de acuerdo, creo que una mujer que se ama a sí misma, que ama su mente y su cuerpo, puede obtener placer según su criterio, sin perder por ello la diginidad
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