viernes, 14 de junio de 2013

Las hadas y los humanos

Las hadas y los humanos
  Creo que la relación de las hadas con los humanos es un aspecto muy interesante ya que produce una serie de situaciones que, aunque se dan en un medio profano y pagano, tienen que ver con el mundo cristiano en varios aspectos: en el planteamiento de las relaciones de los hombres con las hadas; en el camino que el hombre debe seguir con respecto a ellas; y en las formas en que se producen dichos contactos y, por lo tanto, en la conexión con el mundo mágico de las hadas.
Las hadas son seres muy hermosos que visten de blanco y llevan largas cabelleras. Pueden establecerse dos tipos de hadas. Por una parte, aquéllas que ya he descrito y en cuyo físico lo único sobresaliente es su magnífica belleza. Por otra, las que suelen tener un límite a su belleza: portan en su físico algún miembro de animal (cola de serpiente, pies de ocas o cuerpo peludo) lo que en ningún momento hace decrecer su hermosura. Este hecho señalado ya, identifica al hada con una mujer que lleva en sí algo peligroso, especialmente para el hombre. Es importante que este dato se recuerde porque en líneas generales, y según todos los conceptos vertidos sobre la mujer, es un ser inquietante. El poder de las hadas deriva  de los medios que disponen para ejercerlo por haber aprendido y dominado toda clase de encantamientos. Al estar en posesión de los objetos mágicos pueden enamorar a los hombres, darles poder y, por el mismo procedimiento, arrebatarles todo. Ejercen sobre los hombres su seducción y, por medio de ella, el hombre se desplaza de su mundo y es incorporado a ese otro mundo fantástico y desconocido para el resto de los mortales.

La seducción también acontece con bastante frecuencia por la noche  la noche es el ámbito de todo lo mágico en la Edad Media. Una seducción que,tiene dos aspectos.  El primero: atraer al hombre por medio de la mirada, del saber estar, hacer prender en él la llama del amor de tal manera que, sin ella, ese hombre no puede más que penar. Por tanto, la contemplación de esta mujer por parte del hombre prácticamente le enajena la mente. Una vez seducido es llevado con ella a su mundo y es aquí donde, en mi opinión, se produciría el segundo momento y quizá el más importante. Porque desde ese instante en que es llevado con el hada y ésta lo introduce en su vida, ese hombre ya tiene su “ser protector”, su “otro”. La protección se mantiene mientras ese hombre obedece los mandatos del hada.

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