lunes, 17 de junio de 2013

Noche



La seducción de las hadas sobre los hombre se produce por la noche, porque  la noche 
 tiene un momento dulce, maravilloso para aquéllos que se aman. Sin embargo, la noche continúa siendo lo que se opone al día, el momento de lo malo, incluso para el amor. La noche encubre el amor, lo esconde y especialmente oculta el amor prohibido. “¡Cómo deseo, Dios mío, que no acabe la noche, que pueda mi amigo quedarse conmigo, que nunca me anuncie el vigía el alba! ¡Dios mío el alba!”




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