Corría el año 1371, los habitantes de Paredes de Navas se
levantaron contra su “señor” Felipe de Castro, señor aragonés casado con una
hermana de Enrique Trastámara, señor exigente con sus vasallos, que cometía
abusos muy grandes. Los habitantes
habían aguantado, pero llegó un día que las peticiones de su señor se hicieron
insoportables, el dolor, la rabia y la impotencia les dieron las fuerzas de las
que hasta el momento habían carecido y se negaron a concederle lo que pedía. Felipe de Castro entró en la ciudad para
escarmentar a la población que osaba negarle sus peticiones. Los vecinos no se
arredraron y con lo que tenían a mano salieron a su encuentro, y lo asesinaron.
No fue más que un hecho glorioso porque el hecho provocó la reacción más
violenta por parte de la nobleza. Un noble con sus mesnadas, Pedro Velasco mató
a mucho de los habitantes de Paredes, destruyó casas, hemos de imaginar, el
miedo, el sufrimiento, y el desamparo que se vivían en estas situaciones.
La peste había incrementado
la violencia, el miedo al superior y la realidad que se ofrecía a los ojos de
los que lograban sobrevivir fue contemplar
como crecían los despoblados por la muerte y por la huida. La historia ha
demostrado que cuando se produce una situación como la descrita de muerte,
hambre y violencia, esto trae aparejado una gran crisis social.
DESPERTAR
Hace 15 horas
los cuatro jinetes del Apocalipsis, les gusta cabalgar juntos
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