Bienes monacales
Tú
,oh celda solitaria, eres el maravilloso taller de trabajo espiritual en el que
el alma humana restaura su semejanza con el creador y retorna a la prístina pureza, donde los embotados sentidos reconquistan su perspicacia y sutileza, y
las naturalezas corrompidas se renuevan en sinceridad por el pan ázimo. (Pedro
Damiano.)
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