La conservación de la
juventud y la posibilidad de retrasar la vejez se basan en el mantenimiento de
la fuerza, de la mente y del calor natural del cuerpo en su estado de
templanza; y también en el cuidado y el arreglo de estos elementos cuando son
defectuosos. Pues mientras la fuerza, la mente y el calor natural del cuerpo
humano no estén debilitados o desfallecidos, la piel no se arrugará, pues la
disminución del calor natural que se enfría y se reseca impide y altera la
alimentación del cuerpo, lo que provoca el desgaste de la piel y las
arrugas: Arnaldo de Villanueva
(1135-1211) Tratado sobre la defensa de la vejez y del rejuvenecimiento.Ver , G
Minois pág 233.
CONCIERTO
Hace 9 horas
Desde la opinión del bueno de Villanueva, ha llovido tanto que, ahora, hasta la arruga es bella.
ResponderEliminarBesos