martes, 26 de noviembre de 2013

los elfos y la locura

Enfermedades de la mente o que cambiaban la personalidad. Los elfos penetran en la mente y en el cuerpo de las personas.  A ellos se les achacaba la epilepsia o la locura: son los males élficos por excelencia, al menos en Inglaterra. Estamos ante  enfermedades que producían una modificación en la conducta de las personas. No debemos olvidar que la mayor parte de las veces a estos enfermos se les creía poseídos por el demonio, tanto en la locura como en la epilepsia. La locura se manifestaba por la melancolía y por la pérdida de la realidad[1].
Hay un texto medieval que describe muy bien esa locura que trastoca la personalidad, que hace perder el norte a su protagonista y que le obliga a actuar de una forma desconocida para él y para los demás. Como muy bien se expresa en el texto, el vértigo le va subiendo a la cabeza. Es lo que le hace perder la realidad de su vida y del espacio donde está.
         Anda errante largo rato, hasta alejarse mucho de tiendas y pabellones. Entonces le va subiendo a la cabeza tal vértigo, que le hace perder la razón. Camina enloquecido, rompiendo y haciendo triza sus vestiduras, huyendo por los campos labrados. Ahora con gran desconcierto, se preguntan sorprendidas sus gentes dónde puede estar, y le buscan a diestra y siniestra, por setos y vergeles…”[2].
Desde el caminar enloquecido hasta hacer trizas su ropa y su persona, el protagonista ha perdido la identidad. Cuando despierte y se calme, su cuerpo estará desnudo y no sabrá de qué modo ha llegado a esa situación.



[1] Ibídem. Parece que los causantes de todos estos males son, en definitiva, los elfos de la penumbra. Folleti es el nombre de estos elfos a los que Dante llama Farfarelli, es decir, maripositas que se mueven constantemente.  Tienen mal genio, están interesados por las cuestiones del sexo y gozan de poderes mágicos. Raptan a las mujeres, son responsables de las enfermedades de los cerdos y causan pesadillas o locuras. Pág.105 y ss.
[2] Chrétien de Troyes, “El caballero del León”, vv. 2790 - 2843.

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