jueves, 28 de noviembre de 2013

Los elfos y la naturaleza.

 Profundo protagonismo en la naturaleza

Sí, el hombre vive dominado por miedos que, como es normal, casi no se pueden explicar porque la mayor parte de las veces el miedo carece de explicación. En virtud de esto, creo que se puede decir que lo sobrenatural domina todo. Imaginemos lo que pensarían de los movimientos de tierra, de los rayos que caían sobre los árboles. Qué fuerzas ocultas se ocultaban para que de repente algo comenzara a arder y qué fuerzas se ocultaban tras las personas que morían repentinamente. Solamente una: detrás de todo esto se encontraban las fuerzas maléficas de encantadores, de magos, de los demonios. ¿Sólo? No, porque para los hombres de iglesia es Dios, Juez supremo, que con su justicia castiga los muchos pecados.

Lo real y lo mágico. Del siglo V al XI
El hombre medieval está, al menos en los primeros siglos de la Edad Media (siglo V al XI), inserto y formando parte de la naturaleza. Su implicación en ella le da una cierta familiaridad en la lucha gracias al contacto continuo y a la observación. Forma parte de ella, se acostumbra a ella y la afronta para dominarla. Ese medio ambiente que le rodea, la naturaleza que le envuelve, aporta todo lo que necesita para vivir: la madera, la caza y muchos de los alimentos. Sin embargo, en el entorno de estos primeros momentos el predominio de lo natural constituye una realidad y ello provoca indudablemente un desequilibrio entre la propia naturaleza y el hombre que convive con ella. Hombres avanzando en los espacios temibles mezclados con los animales. En este sentido cobran gran significado los avances para la colonización de tierras. Traigo a la memoria Brañosera, lugar de Palencia que se mostraba inhóspito, temeroso, lugar de brañas altas y osos. Es posible que el lugar atemorizase, pero no más que otros lugares parecidos. A pesar de esto, allí  se iban a asentar unas familias. ¿Miedo? La gente convive con esas situaciones y allí, en ese lugar, se asentaron cinco familias de las que no sabemos cómo vivían, ni sus miedos. Pero quizá se pueda señalar que es un entorno en el que el hombre y los animales están en lucha permanente contra la naturaleza. Ellos conocen las características del lugar y allí acuden: forma parte del medio terrible de la Edad Media en estos años del siglo IX en Castilla[1]. Es un marco natural en el que predomina sobre todo esa naturaleza, ya que la reconstrucción de las ciudades no ha comenzado aún.



[1] Fray Justo Pérez de Urbel, “El condado de Castilla”,  tomo. I. Madrid, 1969.

1 comentario:

  1. me ha gustado mucho este artículo, encuentro cierta grandeza en eso de medirse con la Naturaleza :))

    besos,

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