domingo, 6 de abril de 2014

Los papas de Avignon, Juan XXII

Juan XXII.   Sus orígenes se encuentran en una rica familia burguesa,  su padre era el banquero de los obispos de Cahors. El futuro Papa cuyo nombre era Jacques Duèse realiza estudios  en Montpellier y París, llegando a ser profesor de Derecho en Toulouse, en su camino religioso fue arcipreste en Cahors y arzobispo de Avignon 1310 al servicio de Clemente V, Cardenal de Carlos II de Anjou. Fue elegido Papa el 7 de agosto de 1316 después de un interregno  de dos años.  Juan XXII está decidido a llevar a cabo una reforma de la Iglesia lo que implica una renovación fiscal lo que implica una fuerte centralización, se recaban mejor los impuestos lo que va a permitir no llevar a cabo una inversión en mejorara los aspectos espirituales, sino abordar  unas muy costosas guerras en Italia. 
Los éxitos concitan contra las personas grande envidias y odios que buscan el camino más fácil para eliminarlo, Hugués Gèraud un obispo simoniaco y malversador de fondos necesitaba envenenar al Papa para evitar responder a las cuestiones tan graves que se le imputaban, para ello buscó colaboradores Pons Vassl y Isarn d´Escodata  era de la opinión que un veneno suave discreto podía eliminar al odiado Juan XXII. El obispo sin ningún remordimiento envió   a su tesorero  comprar el arsénico que se introdujeron en estatuillas llevándose a cabo unos ritos de magia que supuestamente tenía que acabar con el Papa. Las prácticas de envenenamiento eran muy frecuentes y todos los grandes personajes tenían sus dientes de serpiente fosilizados que creían que  cuando se ponían en contacto con el veneno mudaban de color. Juan XXII personaje muy preocupado por la brujería y como no de todos aquellos que con su palabrería hacían creer a las personas cosas extrañas llevó a cabo un bula “ Spondet pariter quas non exhibitent”   ponía en alerta a su contemporáneos contra todos aquellos que prometían el elixir de la juventud, la piedra filosofal, la transmutación de los metales en oro. 
Duro fue el enfrentamiento con los franciscanos, los cuales desde mediados del siglo XIII estaban divididos  entre “conventuales” y “espirituales”, estos últimos más conocidos como los “fraticelli", Juan XXII los consideraba herético y su condena pasó por enfrentarse con Miguel Cesena
Miguel Cesena  era el director  general de la Orden de San Francisco en 1322, mantiene lo que menos representaba Avignon. La pobreza de Cristo y de los apóstoles que carecían de dominios, de riquezas, por lo tanto de posesiones. Esta noticia calaba en el pontificado porque indudablemente la profundidad del mensaje dado por los representantes de Pessara atacaba las formas de vida de los  eclesiásticos de Avignon, su avaricia, su lujo, y el olvido del mensaje del cristianismo, ¿Qué crédito le merecía a Miguel Cesena los poderes de Avignon que ejercen su poder  exactamente igual príncipe. En la mente de los que así pensaban y de lo que querían para la iglesia , era una herejía vivir como se vivía la iglesia en Avignon, indudablemente Juan XXII se sintió acusado y no dudó en condenar el documento salido del concilio de Pessara. El Papa  en 1318 excomulgó a Miguel Cesesa

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