martes, 22 de enero de 2013

Carencia de amor

Abelardo y Eloisa

Los comentarios sobre la vida matrimonial  en no son optimistas. No pueden serlo porque se distingue muy claramente que en cuestiones de amor y matrimonio había un distancia considerable, que era la que iba de la libertad de elección  revestida de todos los deseos humanos, el amor: y la unión que se pactaba por intereses políticos y económicos donde no existía ni libertad, ni pasión, solo obligaciones, esto era para ellos el matrimonio, algo incompatible con el amor
             Se pacta y prepara el matrimonio y la mayor parte de las veces ajeno por completo al sentimiento, revestido de deberes y normas, que la Iglesia refuerza con sus teorías, y en  el que no puede apreciarse lo espontáneo. Su realización, desarrollo y consolidación en el tiempo genera en los esposos ansias de libertad, en unos casos  y en otros la costumbre de la convivencia y permanencia en el estado matrimonial podía generar el cariño.               
             La iglesia consideraba que entre la mujer y el hombre se establecía una relación sentimental, pero colocando en diferentes situaciones a ambos, puesto que la mujer tenía en esta relación el papel de sumisión.
Entre  el marido y la esposa se establece una relación sentimental( dilectio) excelente, primordial, salvo que en esta conjunción la dirección ( proelatio) corresponde al hombre y la sumisión ( subjecto) a la mujer.[1] 


Según los textos literarios unirse con un ser como la mujer era duro para el hombre. ¿Qué es la mujer? La mujer es un ser lujurioso y traidor, arma eficaz que emplea el diablo para hacer caer a los hombres en el pecado más denostado por la Iglesia: la lujuria. La mujer en este duro pensamiento debe ser alejada de la vida,  de lo gozoso, para lo único que sirve es para procrear. Y que tenga mucho cuidado el hombre porque, dado que ésta es el depósito de la lujuria, la propia procreación está amenazada. El hombre nunca podría saber si el hijo que se le presentaba como suyo no era de otro. Pero volviendo al hombre, dentro del matrimonio el pensamiento malvado sobre esta unió está presente desde el punto de vista de la falta de libertad del hombre 
El hombre en el matrimonio era un hombre sometido, atormentado, especialmente cuando ya habían pasado una serie de años, y convivía con una esposa que le hacía ser tan infeliz. No hay mejor cosa que recurrir a la argumentación de estos hombres que escribieron para ellos mismos para saber lo negativo del matrimonio.
Pero debo trazar ese camino del martirio que el hombre parece que padeció en el matrimonio. Así se puede leer en algunos textos medievales, un pensamiento que vendría a ser el siguiente: qué lástima de los hombres que fueron tan necios que no siguieron los consejos que desde tiempos remotos se venían manteniendo acerca del matrimonio. 
  El martirio del hombre en el pensamiento  se resumía  en este pensamiento
Cuando el que se casó sigue aún casado tras seis o siete, ocho  o nueve años de matrimonio, año más, o menos, y tiene cinco o seis hijos, y ha sufrido todos los malos días, las malas noches y las desgracias antes mencionadas, o al menos algunas de ellas, entonces no ha tenido un momento de descanso; y el vigor de su juventud está ya tan apagado, que es hora de que descanse de una vez, si puede; porque está tan batido, tan cansado, tan domado por el trabajo y los tormentos domésticos, que no le importa en absoluto lo que su mujer le diga o le haga, ya que está encallecido como un viejo asno que por costumbre aguanta el aguijón, sin por ello acelerar la marcha.



[1] Hicmar. S, X Tratado de Devotione Pl,125-658 .Véase George Duby, La mujer , el caballero, y el cura, Pág 31. Madrid 1982.


[2] C. Riera y P. Zhumtor, Cartas de...,ob. cit. Pág. 93.

5 comentarios:

  1. ¡qué perspectivas más lúgubres! el matrimonio de conveniencia, ¿se daba sólo entre las clases altas, o en todos los estratos sociales? ¿y cómo encajan en este panorama el romanticismo del amor cortés?

    un abrazo, y aprovecho para darte las gracias por tus escritos, los disfruto mucho :)

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  2. He estado curioseando tu blog, y me parece de lo mas entretenido e interesante, la edad media es una época fascinante y que no deja de sorprendernos... Aprovecho para comentarte que te he añadido en el blogroll, en la "gaceta" de Valadilêne.
    Saludos, Kate Walker.

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  3. El amor es un cambio fundamental. Los trovadores autores de poemas de amor intrucen ciertas novedades. Combaten con la palabra. Segundo introducen la pareja hombre y mujer, donde la relación entre ellos no menciona para nada que tenga como objetivo la procreación. En tercer lugar en su pemas el cuerpo de ella se admira y ella admira el cuerpo del hombre y lo más significativo es que todo el amor, en la ficción se da fuera del matrimonio. Un día de estos escribiré sobre el amor cortés.

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  4. sería muy muy interesante si en algún momento encontrases tiempo para desarrollar tus comentarios sobre el amor cortés en un post, me despertaron muchísima curiosidad, ¿combaten con la palabra? ¿contra quién o contra qué?

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  5. Doy gracias de no haber nacido en aquella época.

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Los comentarios siempre amplían conocimientos. Muchas gracias.