Las
damas verdes. Suelen aparecer en los bordes de los bosques y son típicas del
este de Francia. En general, su visibilidad resultaba casi imposible. En
cambio, sí se las puede sentir porque cuando caminan la hierba se mece a su
paso. Pero estas damas verdes son peligrosas porque engañan a los hombres. Se
dice que “destruían a los hombres con la violencia de sus pasiones y la
exuberancia de su amor” Además de estas características apuntadas, son damas asociadas a los vientos y,
por lo tanto, muy etéreas, característica que, según las investigaciones
realizadas, las confunde a veces con los espíritus de los difuntos. En líneas generales, sus espacios de
ubicación tienen que ver mucho con la naturaleza. Árboles, fuentes y selvas son
sus dominios. Efectivamente, la mayor parte de las veces las hadas se
encuentran junto a los lagos, las fuentes o los manantiales. Esto ha dado lugar
a que se crea en las hadas como genios y, como tales genios acuáticos, tienen
sus grandes palacios debajo del agua. Unidas, por tanto, al agua, a las fuentes
y a los bosques, no cabe la menor duda de que también ellas, las hadas, son
buenos genios que propician la fertilidad. Visitemos los diferentes espacios.
[1] N. Arrowsmith y G. Moorse “Guía
de...”. Ob. Cit, pág. 33.
[2] Ibídem. En la
pág. 210 pone de manifiesto cómo en la antigua Grecia, las tres Fate o Morerae
determinaban el destino de los niños desde que nacían y cómo los mitólogos
antiguos las elevaron a las categorías de semidiosas, a las que representaban
como tres figuras individuales: Clotho, Lachesis y Atropos. Una hilaba el hilo
de la vida, la segunda lo ataba y la tercera lo cortaba. Ponen de manifiesto cómo
en la creencia popular sus deberes no están claramente definidos y cómo cada
región tiene sus propias leyendas e historias. Sus lugares de hábitat son
cuevas oscuras en Grecia, Rodas, Rumanía y Albania. En líneas generales, se
confunden con los genios locales de la naturaleza y la fertilidad.
¡De las cosas que nos hemos librado quienes vivimos en estos tiempos modernos! Nosotros no hemos conocido a estas seductoras Damas de Verde, pero hemos conocido al Hombre del Frac y últimamente al Hombre de la Tijera. ¡El Señor nos libre!
ResponderEliminarJajaja.
jeje pues me pareció poética, la descripción de estas damas de verde, ¡ojalá siguieran ahí, escondidas del afán controlador y destructor de los seres humanos!
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