sábado, 29 de junio de 2013

El cielo

El joven Augusto   Una noche, finalizadas las oraciones de los maitines, se observa al joven hondamente dormido dentro de su enfermedad. Sin embargo, cuando se despierta hace el relato siguiente. Tuvo el privilegio de viajar a un lugar maravilloso y por la descripción parece que más que en el paraíso se halla en un espléndido bosque, no sólo extraordinario por la belleza que describe sino por su perfecto orden y equilibrio. Un lugar maravilloso donde había muchas flores olorosas, la hierba era muy verde, rosas y lirios y muchas coronas de gemas y oro, innumerables velos de seda y una atmósfera tenue que refrescaba todo a su soplo con frescas fragancias[1]. ¿Qué más vio? Allí se estaba preparando un banquete a cargo de unos niños hermosos y bien vestidos. En esa escena, él besó los pies de cada uno de los asistentes, que en agradecimiento le dijeron:Bendito sea Dios que graciosamente te ha traído hasta aquí”. Mientras, una multitud de santos adornados de oro y piedras preciosas y coronados con rutilantes coronas ocuparon un sitio en el banquete. Tras esto llegó un hombre espléndido, más brillante que el sol, más blanco que la nieve y más alto que todos los demás y preguntó: “¿Hay alguien extraño aquí?” Reconociendo a Augusto, aquél le invitó a sentarse a su lado y le dijo: “No temas yo seré tu protector”. Después de comer, ese personaje le enseña otro jardín, pero ocurrió que en ese instante aparecieron algunos hombres que eran llevados ante el tribunal profiriendo grandes alaridos. ¿Y cómo eran esos hombres?, pregunta el narrador de la historia. Responde que los hombres que allí vio eran diferentes de  los que conocemos, pues tienen otra forma y están vestidos de otra manera. Por supuesto que esos hombres son los pecadores. Después de esta visión el alma regresa a su cuerpo.Es un lugar en que todos son jóvenes o ancianos, pero no hay mujeres. Lo más destacado es el orden y el equilibrio. Creo que aquí hay que tener en cuenta varios aspectos. Por una parte cómo se describen en todos ellos el paraíso: es un mundo oloroso, perfumado, lleno de flores. Además, todos los personajes que están en ese lugar son perfectos, con una hermosura extraordinaria, adornados con gran riqueza y la figura más importante, Dios, es el más alto y reúne en él un doble aspecto: brilla más que el sol, es más blanco que la nieve y será su protector.
 



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