Velar al muerto.
La
ceremonia de velar al muerto lleva implícita varios aspectos que paso a
reseñar. Es una ceremonia importante porque en ese deseo de no dejar solo al
muerto evidencia la vinculación que se le da con respecto a los vivos, así como
la idea de que el muerto siente y sufre, y por lo tanto, de alguna manera vive.
Pero, además de hacerle compañía, es una forma más de prevenir las malas cosas
que pueden acontecer si se le abandona y no se permanece junto a él. Las malas
cosas tendrían que ver, como podemos imaginar, con la llegada de los malos
espíritus. Por tanto, velar supone impedir que esto ocurra. Había muchas formas
de hacerlo: se velaba con cánticos, danzas, incluso banquetes. En general, con
una serie de actuaciones que poco tenían que ver con el momento de dolor que se
vivía. Esta realidad la pone de manifiesto Burcardo de Worms, que se pronuncia
en contra de los cantos y danzas, que nada tenían que ver con lo más religioso
en los velatorios.
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