martes, 24 de septiembre de 2013

La cabeza de un anciano


Según sea la cabeza de un anciano así serán sus obras. Veis que su cabeza se vuelve blanca y canosa a medida que se aproxima la vejez. Si un hombre envejece a un ritmo normal, por mucho que busquéis en su cabeza un solo cabello negro no lo encontrareis; de la misma manera, si nuestra vida ha sido lo suficientemente justa como para que no encontremos la negrura del pecado por mucho que busquemos, nuestra vejez será una verdadera juventud, una lozana vejez, una vejez siempre vigorosa . San Agustín: obras T XV " Comentarios a Isaías y primer tratado sobre la Epístola de S. Juan. Ver G MInois Ob,cit, pág 165


1 comentario:

  1. Me parece una bella metáfora, pero bien sabía San Agustín que no existe el absoluto en el hombre, sino la imperfección.
    Besos

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