Según sea la cabeza de un anciano así serán sus
obras. Veis que su cabeza se vuelve blanca y canosa a medida que se aproxima la
vejez. Si un hombre envejece a un ritmo normal, por mucho que busquéis en su
cabeza un solo cabello negro no lo encontrareis; de la misma manera, si nuestra
vida ha sido lo suficientemente justa como para que no encontremos la negrura
del pecado por mucho que busquemos, nuestra vejez será una verdadera juventud,
una lozana vejez, una vejez siempre vigorosa . San Agustín: obras T XV "
Comentarios a Isaías y primer tratado sobre la Epístola de S. Juan. Ver G
MInois Ob,cit, pág 165
ELEMENTOS
Hace 22 horas
Me parece una bella metáfora, pero bien sabía San Agustín que no existe el absoluto en el hombre, sino la imperfección.
ResponderEliminarBesos