Encantamientos contra los elfos

Se puede conocer todo este mundo a través de los numerosos encantamientos que se hacen en las tierras, como el que aparece en un libro de encantamientos de estos primeros siglos referido a las abejas.

                   

  “Cristo, hay un enjambre de abejas fuera;

                     Volad hacia acá, mis reses menuditas

                     En paz bendita, bajo el amparo de Dios,

Venid a casa sanas y salvas

Siéntate, siéntate, abeja,

Santa María te lo ha mandado...

No tendrás permiso,

Ni volarás hacia el bosque.

No te me escaparás,

Ni te apartarás de mí.

Siéntate quietecita,

Espera la voluntad de Dios”[1].

Periodo y espacio que pueden definirse como una vida inestable para el hombre, reflejado en las casuchas en las que habita, en la falta de higiene, en la promiscuidad, en la vida precaria: se vivía al borde de la extinción. Esa precariedad de la vida se observa en las gentes que vivían dentro del medio natural, cuyas vidas dependían de fuerzas que no controlaban

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[1] Power Eilen. “Gente medieval”, pág. 57. Barcelona, 1987