Gimena Rodríguez. Viuda de un caballero. Ella decide llevar a cabo la
fundación de un monasterio. Se retiró en principio a un beaterio. Es, pues,
Gimena una dama noble que va a seguir el camino de muchos nobles : formar
el monasterio que desea, poniendo todos sus medios materiales, para, a través
de él, dedicarse a la vida espiritual, encontrar una seguridad y desde luego
prestigio. Situada en la mitad del siglo XIII en la ciudad de Zamora, donde
están asentadas las órdenes de los hermanos predicadores, unos religiosos que
ejercían una profunda influencia en la sociedad del momento y que, sin duda,
ejercieron en esta noble, como en casi
todas las mujeres. Gimena logra su propósito después de muchos avatares: que se
le concediese el permiso para llevar a cabo la fundación de este monasterio.
Surge así Santa María de la Dueñas, donde ella ejercerá el priorato hasta que
fue relevada por Don Suero que colocó en su lugar a María Martínez. Gimena
representó un papel de importancia en el citado monasterio. En Zamora se la
conocía porque había llevado a cabo una gran rebelión contra el obispo don
Suero, y porque representaba el más claro ejemplo de mujer que luchaba por ser
de la orden de los dominicos, cometiendo infracciones escandalosas, como
negarse a pagar las procuraciones de las visitas que recibían del obispo,
negarse a aceptar la autoridad del mismo y permitir que los dominicos
estuviesen por el convento con toda libertad. Jamás aceptó su sustitución en el
cargo, mantuvo actitudes de nobleza dentro de la comunidad no compartiendo el dormitorio común y
comiendo fuera del refectorio. Logró reunir en su entorno y apoyando su causa a
37 monjas.
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Hace 19 horas
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