jueves, 6 de marzo de 2014

Santa Maria de las Dueñas . Monjas rebeldes


Gimena Rodríguez. Viuda de un caballero. Ella decide llevar a cabo la fundación de un monasterio. Se retiró en principio a un beaterio. Es, pues, Gimena una dama noble que va a seguir el camino de muchos nobles : formar el monasterio que desea, poniendo todos sus medios materiales, para, a través de él, dedicarse a la vida espiritual, encontrar una seguridad y desde luego prestigio. Situada en la mitad del siglo XIII en la ciudad de Zamora, donde están asentadas las órdenes de los hermanos predicadores, unos religiosos que ejercían una profunda influencia en la sociedad del momento y que, sin duda, ejercieron  en esta noble, como en casi todas las mujeres. Gimena logra su propósito después de muchos avatares: que se le concediese el permiso para llevar a cabo la fundación de este monasterio. Surge así Santa María de la Dueñas, donde ella ejercerá el priorato hasta que fue relevada por Don Suero que colocó en su lugar a María Martínez. Gimena representó un papel de importancia en el citado monasterio. En Zamora se la conocía porque había llevado a cabo una gran rebelión contra el obispo don Suero, y porque representaba el más claro ejemplo de mujer que luchaba por ser de la orden de los dominicos, cometiendo infracciones escandalosas, como negarse a pagar las procuraciones de las visitas que recibían del obispo, negarse a aceptar la autoridad del mismo y permitir que los dominicos estuviesen por el convento con toda libertad. Jamás aceptó su sustitución en el cargo, mantuvo actitudes de nobleza dentro de la comunidad  no compartiendo el dormitorio común y comiendo fuera del refectorio. Logró reunir en su entorno y apoyando su causa a 37 monjas.

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