La convocatoria de
los demonios
En algunos casos la nigromancia, como se puede
apreciar en el siguiente ejemplo, tiene un claro objetivo: convocar a los
demonios para demostrar a un incrédulo su existencia.
“Cierto día, a eso del mediodía, que es cuando más poder
tiene el demonio meridiano, Felipe lo llevó a un cruce de caminos, hizo a su
alrededor un círculo con su espada y pronunciando sobre él la ley del círculo,
le dijo: si sacas alguno de tus miembros fuera de este círculo antes de que yo
vuelva, morirás, pues los demonios rápidamente te sacaran de él y te matarán.
Hallándose ya solo en el círculo, he aquí que vio venir hacia él grandes
aluviones de agua, después oyó gruñidos de cerdos, rugidos del viento, y muchos
otros fantasmas semejantes con los que los demonios hacían todo lo posible para
atemorizarlo. Por fin, vio en un bosque vecino como una sombra humana horrible,
que caminando por encima de los árboles, se acercaba hacia él y comprendiendo
al momento que era el diablo, como así fue de verdad, el cual tan pronto como
llegó al círculo, se detuvo y preguntó al caballero qué era lo que deseaba”.
ICesáreo de Heisterbach. Quinta Distinción,
II.
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