domingo, 14 de julio de 2013

El miedo al pecado

El miedo a morir en pecado es algo más a tener presente porque influye mucho en ese último camino del hombre hacia su morada definitiva. Ese miedo ha dejado abundante literatura que pone en evidencia la influencia de la Iglesia en lo que respecta a la concreta situación que supone morir en pecado. ¿Qué mayor pecado que el del monje que abandona el monasterio para volver al mundo?
 “Repitiendo esta misma acción por segunda vez, fue atacado por una enfermedad llegando al fin de sus días en su propia casa, en hábito de seglar y sin dar señal alguna de arrepentimiento. Cuando estaba a punto de morir, sopló de repente un vendaval tan recio sobre la casa y apareció una cantidad de cuervos tan grande, que todos, excepto una vieja, huyeron despavoridos de la casa dejando solo al moribundo”[1]. Se trata de una señal inequívoca de las condiciones en que hacía frente a la muerte: moría en pecado. Todos huyen menos una vieja, ¿encarnación de los espíritus malignos?




[1] Cesáreo de Hesterbach Primera Distinción, XV.

1 comentario:

  1. En este relato hay mucho del viejo fetichismo que tiene que ver con el Dios vengador en lugar del Dios misericordia. Es cierto, a lo largo de la historia se ha influido indebidamente con el miedo en vez de con la gratuidad generosa de Dios.
    Besos.

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