“Cuando el resplandor de la luna
brilla en la claridad de los cielos,
Detente al aire libre y ve el
prodigioso espejo
Cómo la luz se acrecienta en el
brillo puro de la luna
Y con su resplandor abraza a dos
amantes
Divididos en cuerpo, pero unidos en
espíritu con un único amor
Si no podemos vernos uno al otro,
cara amante contra cara amante
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[1] J. Boswell Cristianismo..., ob.
cit. pág 216 –217. Es una parte de un poema que el monje Walafrido, abate de
Reichenau, dedicó a Liutgero.
Bellísimo poema. Con mucha frecuencia el amor se contenta con gestos y no piensa en batallas.
ResponderEliminarUn beso
¡pero qué bonito, y qué triste también!
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