martes, 25 de marzo de 2014

El destino de hombres y mujeres. El pensamiento de la iglesia

             
             La iglesia consideraba que entre la mujer y el hombre se establecía una relación sentimental, pero colocando en diferentes situaciones a ambos, puesto que la mujer tenía en esta relación el papel de sumisión.
Entre  el marido y la esposa se establece una relación sentimental( dilectio) excelente, primordial, salvo que en esta conjunción la dirección ( proelatio) corresponde al hombre y la sumisión ( subjecto) a la mujer.[1] 
Nada nuevo la mujer debe ser dirigida por el hombre y eso se entiende en este pensamiento, de donde parece derivarse una característica de la mujer dentro del mismo que sería: la pasividad ¡Acaso no  estaba o debía estar dirigida por el hombre?. ¿Se puede afirmar la pasividad de la mujer en la convivencia matrimonial? Por supuesto, desde ese pensamiento sí y, no sólo eso sino que se intuye a través de esa reflexión que se negaba el placer a la esposa, porque ella al igual que el marido,  pero especialmente ella, estaban para la función fundamental: engendrar y  fuera de esto, nada, y todo lo que no estaba determinado a éste fin no se contemplaba.  Es mas  aquél contacto que no se revistiese de esta misión hacía de los esposos fornicadores ¡Qué piadosa mentira la continencia del cuerpo en el matrimonio! Se lamentaba Eloísa.


[1] Hicmar. S, X Tratado de Devotione Pl,125-658 .Véase George Duby, La mujer , el caballero, y el cura, Pág 31. Madrid 1982.



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