domingo, 30 de marzo de 2014

El destino de hombres y mujeres: pilares sólidos

El impulso en el  amor, disminuye, no envejece, simplemente, se pierde, porque no crea cimientos, ni bases ¿Quiere decir esto que el matrimonio estaba al margen de  momentos de espontaneidad?  No, se puede producir, puede responder a un instante en el que  ver, sentir y desear va unido en ese breve momento. Pero la pasión es menos importante que el reforzamiento de la unión en la vida cotidiana, que  se apoyaba sobre unos pilares sólidos: la responsabilidad, el compromiso, la creación de una familia, de la que por supuesto,   no hay porque eliminar la sensualidad.
 En líneas generales  en el matrimonio en la Edad Media no creo tuviera  cabida  hablar de pasión. Me refiero a  esa pasión que transportaría en el amor a un mundo superior con su propio lenguaje,   que se manifestaba de una forma muy concreta y, muchas veces, incluso desafiante. Esa falta de pasión tan bien considero que fue positiva para los matrimonios medievales, porque se eliminaba un peligro que conlleva la pasión y es  que ésta obliga a hacer cosas que la razón no haría. La unión matrimonial además de la convivencia habría que unir las responsabilidades que asumían  juntos con respecto a sus intereses familiares  Por otra parte el hombre y la mujer unidos en la experiencia y en sus intereses, en sus encuentros fueron simplemente eso. Mujeres y hombres


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