El amor debe estar
presidido por la constancia, la paciencia,
e incluso la tolerancia ¿Propio sólo del amor? ¿Acaso no son necesarios todos
estos requisitos en el matrimonio?, a mi modo de ver mucho más necesario que en
el amor. Permanecer en el matrimonio era
en muchas ocasiones cuestión de constancia, de paciencia y de tolerancia. Acaso ¿no escribía Cristina
Pizán en el s XV como era muy frecuente que las mujeres tolerasen llenas de
paciencia las actuaciones de sus maridos?
El matrimonio, su
consecución, la llegada a un buen fin no se hacia sin gran esfuerzo por parte
de los dos ¿Cuántas cosas se consiguen sin esfuerzo? Ninguna, y cada uno de
nuestros protagonistas sabía que las dificultades le salían al encuentro día a
día en todo, y donde lo importante era mantenerse. Sabemos las penalidades sufridas
en algunas relaciones matrimoniales que si se mantuvieron, fueron debidas al esfuerzo de las dos partes
implicadas en esa tarea.
Dificultades muy grandes
tuvo que afrontar María de Molina y Sancho IV, los cuales, por su cercanía
familiar, no podían casarse; la perseverancia, la lucha, hizo posible el
reconocimiento de una unión harto difícil de conseguir y en la que se estaba
atentos para conseguir lo que se deseaba y no
buscando otras situaciones que pudieran presentarse como mejores desde
el punto de vista político pero no de lo personal. Desdichado puede
considerarse aquél que, dándose cuenta de que está ante lo que le conviene,
cree que puede esperar algo mejor, y
ocurre que cuando llega ese momento tan esperado no se conmueve, ni siquiera ya
le conviene lo que con tanta ansia trataba de conseguir, se leerá en algunos
textos medievales.
Y lo que se leía en aquellos textos medievales también lo podemos constatar hoy, con la salvedad de que hoy a las primeras de cambio parten peras y cada uno por su lado.
ResponderEliminarUn beso